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La hipertensión es una enfermedad crónica, la cual se presenta a causa de altos niveles de presión arterial. La presión arterial es la presión con la cual la sangre es bombeada por el corazón en cada latido para enviarla al resto del organismo. Ésta se compone de dos presiones: la presión arterial sistólica, cuyo valor normal se encuentra entre los 110-120 mmHg (milímetros de mercurio) y la presión diastólica, que posee un valor normal entre las cifras de 60-80 mmHg.
Cuando la presión arterial se encuentra por encima de 120/80 mmHg, se dice que estamos en un proceso de hipertensión. Teniendo esto en cuenta, la hipertensión se establece cuando la presión sistólica es mayor o igual a 140 mmHg y la presión diastólica es mayor a 90 mmHg.
Partiendo de esto, se pueden clasificar por hipertensión diastólica o sistólica.
La hipertensión arterial no es un problema muy grave si se trata de forma adecuada y se mantienen los niveles de presión sobre cifras estables. Este mantenimiento de la presión se realiza mediante medicamentos antihipertensivos y un control constante de los valores de presión y la dieta.
En esta guía podrás encontrar la información que necesitas sobre los síntomas, causas, el diagnóstico, médicos especialistas, estudios, así como tratamiento y cuidados que debes tener para tratar la enfermedad.
La sintomatología de la hipertensión es difícil de distinguir, puesto que los síntomas que se presentan cuando ya la persona se encuentra en un nivel peligroso de hipertensión, por este motivo, se le llama a esta enfermedad “asesino silencioso”, pues, no posee síntomas.
Sin embargo, algunas personas podrían presentar síntomas como:
Estos síntomas pueden deberse a otros problemas que no necesariamente conllevan a la hipertensión, por ello se recomienda hacer un monitoreo continuo de los valores de presión arterial.
El diagnóstico de esta enfermedad es sencillo, se hace por medio de la medición de los valores de la presión arterial. Esto se realiza a través de un medidor de presión, llamado esfigmomanómetro o comúnmente denominado tensiómetro. El procedimiento lo lleva a cabo el personal de salud médico o de enfermería en una consulta.
Para el diagnostico, se le recomienda a la persona que antes de medirse la presión se siente y guarde reposo durante unos 15-20 minutos. Esto con el fin de que los valores de presión medidos sean los reales, ya que los mismos pueden ser alterados por estados emocionales o fisiológicos, por lo cual se recomienda que la persona tome un previo descanso antes de someterse a la medición para evitar valores errados y un diagnóstico inadecuado.
Para un diagnóstico asertivo de deben realizar múltiples mediciones, con la finalidad de comprobar si la subida de presión fue a causa de un estallido emocional, medicamentos, enfermedades u otros factores. Por este motivo, se recomienda:
Estudios complementarios y análisis de laboratorio:
Estudios de Laboratorio para el Control y Diagnóstico
La hipertensión puede ocurrir por diversos factores, inclusive de forma natural o fisiológica.
La presión arterial puede ser afectada debido a:
Otros factores desencadenantes:
La hipertensión arterial sí puede ser hereditaria, ya que se ha demostrado que es una enfermedad que se puede transmitir a la descendencia si el parentesco posee genes con la enfermedad.
La hipertensión arterial no es contagiosa. Este tipo de enfermedades sólo se adquieren con la edad, por factores externos o hereditarios.
Se le considera a ésta como la presencia de una presión elevada a nivel de la vena porta que lleva sangre desoxigenada desde los intestinos y el bazo hacia el hígado.
Es un cuadro clínico en el que se presenta un nivel muy encima de lo normal de los valores de presión en las arterias que se encuentran dentro del cráneo.
>Este es un cuadro patológico en el que existe una presión arterial elevada únicamente en las arterias pulmonares, lo cual provoca que el corazón derecho (que transporta sangre venosa a los pulmones para oxigenarla) se deba esforzar mucho más.
Recuerda que para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad debes acudir a tu médico, esta guía no sustituye el diagnóstico médico profesional
Esta enfermedad no tiene cura (si se trata de hipertensión esencial), pero si puede ser controlada fácilmente por medio de medicamentos y la persona puede llevar una calidad de vida normal y sin problemas. En caso de tratarse de hipertensión secundaria, al eliminar el factor desencadenante de la hipertensión, los valores de presión volverán a los normales.
El tratamiento de la hipertensión consiste en la administración de medicamentos antihipertensivos, diuréticos y en la regulación de la dieta, control del estrés y de las emociones.
El tratamiento de la hipertensión consiste en la administración de:
Es importante que se tomen en cuenta los siguientes aspectos:
La hipertensión es una enfermedad que requiere de un control diario, lo que implica que la persona debe administrar una pastilla para mantener los valores de presión en sus niveles adecuados, la cual generalmente cuenta con un componente que ayuda a bajar la presión y otro que ayuda a la eliminación de líquidos del cuerpo.
Dependiendo de la pastilla a administrar el costo va a variar.
Si se administra una tableta de un antihipertensivo común, compuesto por un sólo principio activo. Generalmente esta clase de fármacos se encuentran entre los 21 y $70 dependiendo de la presentación, marca y principio activo obviamente.
Cada presentación puede contar con cantidades diferentes de tabletas, bien sea 15 o 30. El costo a partir de estos datos va a variar mucho.
Si se trata de una medicación de $70 que contiene 30 unidades cada caja, el costo diario sería de $2.33.
Esto conlleva a que el tratamiento de la enfermedad oscila entre un costo de $1.680 al año. Recuerde que esto va a variar dependiendo de si el medicamento es de marca o genérico, la presentación y principio activo del medicamento. Esto sin contar los costos clínicos y consultas.
La hipertensión es una enfermedad que por lo general se presenta en adultos. No es común encontrar jóvenes y niños con problemas de hipertensión, sin embargo, es una enfermedad que se puede presentar en cualquier edad.
Se dice que del 100% de las personas que padecen de hipertensión, sólo el 3,5% corresponde a jóvenes y niños.
Es difícil detectar la hipertensión en niños y jóvenes, pues, existen muchos factores que podrían desencadenarla, y que no sea un problema real sino pasajero. Por ello se recomienda que a partir de los 3 años de edad, se realice anualmente controles sobre las cifras de presión arterial para estar atentos ante cualquier cambio y actuar de forma precoz.
La hipertensión es una enfermedad que podría darse en algunas embarazadas, a esta condición se le conoce como preeclampsia, la cual corresponde entonces a una complicación del embarazo que puede ser severa y se caracteriza por niveles de presión arterial elevados.
La enfermedad suele presentarse luego de las 20 semanas de embarazo tras haber tenido valores normales de presión arterial, por lo general termina desapareciendo después del parto.
La mujer puede presentar como síntomas: vómitos, hinchazón en los pies, presencia de proteínas en la sangre, visión borrosa y dolor de cabeza. La embarazada debe mantenerse en un control constante si padece de preeclampsia, tomar sus medicamentos hasta que nazca el bebé y seguir al pie de la letra las ordenes del médico.
En cuanto a la lactancia, la mayoría de los medicamentos para el control de la hipertensión son completamente seguros para el lactante, sin embargo, se recomienda consultar con su médico antes de amamantar a su bebé.
Es fundamental que una persona sepa controlar sus niveles de presión arterial para prevenir un cuadro hipertensivo. Para ello se recomienda realizar las siguientes actividades:
Para la un correcto control de la hipertensión, se recomienda llevar a cabo una dieta libre de sal, pues, la sal arrastra agua hacia la sangre y esto incrementa su volumen, lo que a su vez, contribuye al incremento de la presión arterial.
Llevar una dieta mediterránea es muy importante, esta consiste en la ingesta de productos frescos de origen vegetal, incluyendo frutas, frutos secos, verduras, cereales… La dieta se caracteriza por ingerir pocos productos refinados, bajas cantidades de azúcar y de carnes rojas, abundantes cantidades de carnes blancas como pollo y pescado, ingesta de yogurt, quesos con poca sal y aceite de oliva como principal fuente de grasas.
Es importante seguir esta dieta diariamente, para lograr el mantenimiento de la presión arterial. Al incluir esta dieta como estilo de vida se evita además, el padecer de otras enfermedades cardiovasculares más adelante.