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La función del hígado en nuestro cuerpo es vital para mantener la vida, su conjunto ayuda a mantener nuestro cuerpo en equilibrio y en un estado saludable, la cantidad de virtudes de este órgano lo hacen una gran máquina de trabajo que debemos cuidar para que actúe adecuadamente y en las mejores condiciones posibles. ¿Quieres saber como funciona el hígado? ¿Cómo cuidarlo y mantenerlo saludable? En este artículo hablaremos sobre este gran órgano y te daremos algunos consejos para mantener sus funciones vitales de una manera saludable.
El hígado es uno de los órganos más importantes y complejos del cuerpo humano. Está situado en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo del diafragma, cumple una amplia variedad de funciones esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Entre sus principales tareas se encuentran la producción de bilis para ayudar en la digestión de las grasas, la eliminación de toxinas y sustancias nocivas del cuerpo, el almacenamiento de vitaminas y minerales, la regulación del azúcar en la sangre, y la síntesis de proteínas y factores de coagulación. Además, el hígado tiene la capacidad única de regenerarse a sí mismo, lo que le permite recuperarse de daños y lesiones en gran medida.
La vesícula biliar es un pequeño órgano en forma de pera que se encuentra debajo del hígado, en el lado derecho del abdomen. La función principal de ella es almacenar y liberar la bilis que produce el hígado para ayudar en la digestión de las grasas.
La bilis producida por el hígado es secretada en los conductos hepáticos, que se unen para formar el denominado conducto hepático común. Este conducto lleva la bilis al duodeno, la primera parte del intestino delgado. Sin embargo, cuando no se está digiriendo grasa, la bilis se acumula en la vesícula biliar para su almacenamiento. La vesícula tiene la capacidad de con centrar la bilis y liberarla en grandes cantidades cuando se necesita para la digestión de grasas.
Por lo tanto, la vesícula biliar y el hígado están estrechamente relacionados, ya que trabajan juntos para producir, almacenar y liberar la bilis necesaria para la digestión de las grasas en el intestino delgado.
El hígado está compuesto por varias partes anatómicas, las principales son las siguientes:
Cada una de estas partes tiene una función específica en el correcto funcionamiento del hígado.
A continuación te decimos los mejores consejos para mantener una función hepática adecuada:
Los síntomas de un hígado enfermo pueden variar según la gravedad y la causa del daño. Dentro de ellos se encuentran:
Es importante destacar que algunos de estos síntomas pueden estar asociados con otras afecciones, por lo que es fundamental consultar a un médico si experimentas alguno de estos de forma persistente. En casos graves, el daño hepático puede llevar a enfermedades hepáticas crónicas como la hepatitis, la cirrosis y el cáncer de hígado, por lo que es esencial buscar atención médica de inmediato.
El hígado desempeña muchas funciones dentro del sistema digestivo, dentro de ellas se encuentran:
El páncreas es un órgano fundamental en el sistema digestivo y endocrino, que tiene varias funciones esenciales en el cuerpo, como:
En el proceso de digestión, las enzimas producidas por el páncreas viajan a través del conducto pancreático y se mezclan con la bilis producida por el hígado en el duodeno. Allí, las enzimas y la bilis trabajan juntas para descomponer los alimentos y permitir que los nutrientes sean absorbidos por el cuerpo.
Durante la digestión, los lípidos se descomponen en moléculas más pequeñas por la acción de una enzima, la lipasa pancreática y se mezclan con la bilis producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis ayuda a emulsionar los lípidos, es decir, a dispersarlos en pequeñas gotas, lo que facilita su digestión y absorción en el intestino delgado.
Después de que los lípidos se han descompuesto, son absorbidos por las células del revestimiento intestinal y transportados por la circulación sanguínea al hígado. Allí, el órgano ayuda a procesar los lípidos absorbidos, y los convierte en las llamadas lipoproteínas que pueden ser transportadas a través de la sangre a otras partes del cuerpo donde se necesitan. Estas lipoproteinas no son más que una mezcla de lípidos con proteínas y son la forma en la que los lípidos pueden viajar por el torrente sanguíneo.