La función del hígado en el cuerpo humano

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La función del hígado es vital para mantener la vida, ya que ayuda a mantener nuestro cuerpo en equilibrio y en un estado saludable. La cantidad de virtudes de este órgano lo hacen una gran máquina de trabajo que debemos cuidar para que actúe adecuadamente y en las mejores condiciones posibles.

¿Quieres saber como funciona el hígado? ¿Cómo cuidarlo y mantenerlo saludable? En este artículo hablaremos sobre este gran órgano y te daremos algunos consejos para mantener sus funciones vitales de una manera saludable.

Las funciones del Hígado en el Aparato Digestivo

El hígado está situado en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo del diafragma, es uno de los órganos más importantes y complejos del cuerpo humano, ya que cumple con una amplia variedad de funciones esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.

Funciones del hígado

Entre sus principales tareas se encuentran:

  • Producción de bilis para ayudar en la digestión de las grasas.
  • Metabolismo de nutrientes como los carbohidratos, las proteínas y las grasas.
  • Regulación del azúcar en la sangre, almacena glucógeno, que es una molécula que puede convertirse en glucosa y liberarse en la sangre cuando los niveles de azúcar en la sangre son bajos.
  • Eliminación de toxinas y sustancias nocivas del cuerpo.
  • Almacenamiento de vitaminas y minerales.
  • Síntesis de proteínas y factores de coagulación.

Además, el hígado tiene la capacidad única de regenerarse a sí mismo, lo que le permite recuperarse de daños y lesiones en gran medida.

Función páncreas y su relación con el hígado

El páncreas es un órgano fundamental en el sistema digestivo y endocrino, que tiene varias funciones esenciales en el cuerpo, como:

  • Producción de enzimas digestivas.
  • Producción de hormonas como la insulina y el glucagón: La insulina ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, permitiendo que el cuerpo utilice la glucosa como fuente de energía. El glucagón, por otro lado, aumenta los niveles de azúcar en la sangre cuando son demasiado bajos.
  • Regulación del sistema digestivo.
  • Protección contra las infecciones.

En el proceso de digestión, las enzimas producidas por el páncreas viajan a través del conducto pancreático y se mezclan con la bilis producida por el hígado en el duodeno. Allí, las enzimas y la bilis trabajan juntas para descomponer los alimentos y permitir que los nutrientes sean absorbidos por el cuerpo.

Función del hígado en la digestión y absorción de lípidos

Durante la digestión, los lípidos o grasas, se descomponen en moléculas más pequeñas por la acción de una enzima, la lipasa pancreática, y se mezclan con la bilis producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis ayuda a emulsionar los lípidos, es decir, a dispersarlos en pequeñas gotas, lo que facilita su digestión y absorción en el intestino delgado.

Después de que los lípidos se han descompuesto, son absorbidos por las células del revestimiento intestinal y transportados por la circulación sanguínea al hígado. Allí, el órgano ayuda a procesar los lípidos absorbidos, y los convierte en las llamadas lipoproteínas que pueden ser transportadas a través de la sangre a otras partes del cuerpo donde se necesitan. Estas lipoproteinas no son más que una mezcla de grasas con proteínas y son la forma en la que los lípidos pueden viajar por el torrente sanguíneo.

Qué es la vesícula biliar y su relación con el hígado

La vesícula biliar es un pequeño órgano en forma de pera que se encuentra debajo del hígado, en el lado derecho del abdomen. La función principal de ella es almacenar y liberar la bilis que produce el hígado para ayudar en la digestión de las grasas.

La bilis producida por el hígado es secretada en los conductos hepáticos, que se unen para formar el denominado conducto hepático común. Este conducto lleva la bilis al duodeno, la primera parte del intestino delgado. Sin embargo, cuando no se está digiriendo grasa, la bilis se acumula en la vesícula biliar para su almacenamiento. La vesícula tiene la capacidad de con centrar la bilis y liberarla en grandes cantidades cuando se necesita para la digestión de grasas.

Por lo tanto, la vesícula biliar y el hígado están estrechamente relacionados, ya que trabajan juntos para producir, almacenar y liberar la bilis necesaria para la digestión de las grasas en el intestino delgado.

10 consejos para mantener la función del hígado

A continuación te decimos los mejores consejos para mantener una función hepática adecuada:

  1. Evita el consumo excesivo de alcohol: El alcohol es uno de los principales factores que pueden causar daño hepático.
  2. Mantén una dieta saludable: Incluye en tu dieta alimentos que ayuden a tu hígado como frutas, verduras, cereales integrales, nueces y legumbres.
  3. Bebe suficiente agua: Mantén tu cuerpo hidratado para evitar la acumulación de toxinas y reducir el estrés en el hígado.
  4. Evita el consumo de drogas: El consumo de drogas ilegales o no recetadas puede causar daño hepático.
  5. Realiza actividad física regularmente: El ejercicio puede ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado y mejorar su función.
  6. Controla tu peso: La obesidad y el sobrepeso pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas.
  7. Mantén un control adecuado de las enfermedades crónicas: Si tienes diabetes, hipertensión o enfermedades autoinmunes, asegúrate de controlarlas adecuadamente.
  8. Evita el contacto con sustancias tóxicas como pesticidas o productos químicos.
  9. Realízate exámenes médicos regulares para detectar cualquier problema hepático a tiempo.
  10. Toma suplementos con precaución: Algunos suplementos y hierbas pueden ser tóxicos para el hígado. Consulta a tu médico antes de tomar cualquiera de estos.

Preguntas Frecuentes

¿Cuáles son los síntomas de un hígado dañado?

Los síntomas de un hígado enfermo pueden variar según la gravedad y la causa del daño. Dentro de ellos se encuentran:

  • Fatiga.
  • Dolor abdominal.
  • Pérdida de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Hinchazón abdominal.
  • Picazón en la piel.
  • Orina oscura o con coloración marrón.
  • Heces de color claro o blanco, y/o deposiciones con sangre.
  • Moretones y sangrado excesivo o fácil y hematomas sin causa aparente.
  • Ictericia: coloración amarillenta de la piel y/o los ojos.

Es importante destacar que algunos de estos síntomas pueden estar asociados con otras afecciones, por lo que es fundamental consultar a un médico si experimentas alguno de estos de forma persistente. En casos graves, el daño hepático puede llevar a enfermedades hepáticas crónicas como la hepatitis, hígado graso, la cirrosis y el cáncer de hígado, por lo que es esencial buscar atención médica de inmediato.

¿Cuáles son las partes del hígado?

El hígado está compuesto por varias partes anatómicas, las principales son las siguientes:

  • Lóbulo derecho: es la parte más grande del hígado y se encuentra en el lado derecho del cuerpo.
  • Lóbulo izquierdo: es la parte más pequeña del hígado y se encuentra en el lado izquierdo del cuerpo.
  • Ligamento falciforme: es una banda de tejido que divide el hígado en los lóbulos derecho e izquierdo.
  • Vía biliar: es un conducto que transporta la bilis producida por el hígado hacia el intestino delgado.
  • Vena porta: es una vena que lleva la sangre desde los órganos digestivos hacia el hígado para su filtrado y procesamiento.
  • Arteria hepática: es una arteria que lleva sangre rica en oxígeno hacia el hígado.
  • Conductos hepáticos: son conductos que transportan la bilis desde las células hepáticas hasta la vía biliar.

Cada una de estas partes tiene una función específica en el correcto funcionamiento del hígado.

Artículos y Fuentes de Información