- Nombres comerciales: Fixon, Talpramin, Tofranil.
- Nombre genérico: Imipramina.
- Sirve para: Depresión.
Qué es y para qué sirve la Imipramina
La Imipramina es un medicamento útil para combatir los estados depresivos mayores, es decir, que presentan síntomas casi a diario por períodos de al menos 2 semanas. Las principales aplicaciones son:
- Para tratamiento de los siguientes tipos de depresión:
- Endógena, la provocada por desórdenes químicos en el cerebro y que se considera de origen genético.
- Neurótica o reactiva, que se presenta generalmente como consecuencia de una pérdida o fracaso.
- Depresión unipolar, que se manifiesta por un desinterés crónico por cualquier actividad.
- Otras depresiones no endógenas.
- Síndromes depresivos relacionados con la senilidad, el cese de la menstruación y otras causas.
- Diversos cuadros depresivos causados por apoplejías, en personas hipocondriacas, por arteriosclerosis y otros padecimientos crónicos.
- Como preventivo de la enuresis, padecimiento infantil en que se orinan dormidos, generalmente por problemas emocionales y familiares.
- Incontinencia en personas adultas ocasionadas por el estrés.
- Narcolepsia, enfermedad que provoca sueño excesivo durante el día.
- Trastornos de ansiedad como ataques de pánico, pánico escénico, etc.
- Déficit de atención en niños.
- Sudoración excesiva en las manos.
Los medicamentos antidepresivos son de uso delicado ya que interfieren con el equilibrio químico del cerebro. Es importante seguir las instrucciones médicas al pie de la letra.
- Tabletas y grageas de 10, 25 y 50 mg como clorhidrato de Imipramina, en cajas con 20, 30, 50 y 60 piezas. Fabricadas por Laboratorios Novag, Psicofarma y Novartis Farmacéutica en las marcas comerciales Fixon, Talpramin y Tofranil, además de diversos genéricos.
Dosis y usos recomendados por edad
Presentación |
6 a 18 años |
Adultos |
Veces al día |
Tabletas y grageas |
10 mg. |
25 a 50 mg |
2 – 3 / 3 – 4 |
*Consulta a tu médico para recibir el uso y dosis correcta.
La dosis indicada para niños corresponde al tratamiento de la depresión endógena y es posible incrementarla de acuerdo con las necesidades sin exceder los 2.5 mg/kg/día. La dosis para enuresis varía de 25 a 75 mg/kg/día de acuerdo con el peso y edad. Se debe tomar en una sola dosis antes de acostarse.
En adultos las dosis se pueden incrementar hasta 250 o 300 mg al día. Para adultos mayores reducir la dosis a la mitad.
Contraindicaciones y advertencias
- Generales. El medicamento causa un efecto sedante, por lo que no se debe conducir ni operar maquinaria peligrosa estando en tratamiento. No usar si padece de glaucoma en ángulo cerrado, padecimiento que incrementa la presión dentro del ojo de manera repentina, si padece de inflamación de la próstata, diabetes, insuficiencia renal o hepática, si está recuperándose de un infarto al miocardio, asma, para depresión bipolar, esquizofrenia o en diversos padecimientos del corazón.
- Alergias o hipersensibilidad. No debe usarse si se es alérgico a los antidepresivos tricíclicos.
- Mezcla con alcohol. No debe usarse por pacientes alcohólicos activos. EL alcohol afecta la efectividad del antidepresivo, además de que por sí mismo puede ocasionar depresión, además de que se incrementan los efectos de somnolencia. También se incrementa el riesgo de síntomas secundarios en el aparato digestivo.
- Mezclar con otros medicamentos. No debe usarse con medicamentos depresores o estimulantes del sistema nervioso central. No combinar con Acetazolamida, Carbonato de sodio, ácido ascórbico, cloruro de amonio, Furazolidona, Guanetidina, Fenilbutazona, benzodiazepinas, barbitúricos, anticoagulantes orales, narcóticos y muchos otros medicamentos.
Combinación de la Imipramina en embarazo y lactancia
EMBARAZO
ALTO RIESGO
ALTO
LACTANCIA
MUY BAJO RIESGO
MUY BAJO
La Imipramina es catalogada por la FDA (Food and Drug Administration) como un medicamento de riesgo tipo D, que solo justifica su uso en algunos casos de urgencia.
Según estudios médicos de e-lactancia.org la Imipramina presenta un riesgo muy bajo durante la lactancia.
Efectos secundarios
La Imipramina puede ocasionar efectos secundarios en más de 1 de cada 10 personas que lo toman, sin embargo estos suelen ser leves y desaparecen a los pocos días del tratamiento o mediante reducción de la dosis. Estos son:
- Aparato digestivo – Resequedad de la boca y estreñimiento.
- Sistema nervioso – Temblores.
- Sistema cardiovascular – Aumento de la frecuencia cardiaca, disminución de la presión arterial, etc.
- En la piel – Sudoración excesiva de las manos, aumento de calor corporal y sudoración generalizada.
- Metabolismo y nutrición – Aumento de peso.
Los que afectan en una menor frecuencia son:
- Problemas en la piel y cabello – Erupciones de color rojizo, urticaria, inflamación de la piel, caída de cabello, picazón, variación en la pigmentación de la piel, etc.
- Relacionados con el sistema nervioso – Somnolencia, sensación de frío y calor o cosquilleo, mareos, dolor de cabeza, dificultad para coordinar movimientos, convulsiones, movimientos involuntarios, trastornos del habla, etc.
- Trastornos psiquiátricos – Angustia, delirio, agitación, trastornos de la libido, trastornos de sueño, manías, inquietud, confusión, desorientación, alucinaciones, agresividad, psicosis, etc.
- Metabolismo y nutrición – Falta de apetito, pérdida de peso, disminución de la glucosa, etc.
- Aparato digestivo – Náuseas, vómito, úlceras en la lengua, trastornos estomacales, etc.
- Aparato circulatorio – Insuficiencia cardiaca, alta presión arterial, palpitaciones, fibrilaciones, etc.
- Vista – Visión borrosa, menor producción de lágrimas, glaucoma, dilatación anormal de la pupila, etc.
- En sangre – Reducción en el número de leucocitos, de plaquetas y otros componentes.
- Caries dentales.
- Retención de orina.
- Fatiga.
- Reacciones alérgicas.
- Muerte súbita.
- Sonidos inexistentes.
- Hepatitis.
- Producción de leche en senos sin estar lactando.
Es indispensable notificar al médico de cualquier síntoma debido a que en algunos casos se puede llegar a la muerte. La suspensión del medicamento de manera brusca también genera síntomas adversos, por lo que es conveniente que un médico sea el encargado del diagnóstico y cualquier suspensión del tratamiento.