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Esta es una guía informativa, acude a tu médico para el diagnóstico y tratamiento de esta y cualquier otra enfermedad
El SIDA o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es el estado más avanzado de la la enfermedad que se produce por el virus de la inmunodeficiencia humana, también conocido como VIH. Éste es un retrovirus que destruye el sistema inmunitario de la persona de una forma muy progresiva, afectando a los linfocitos.
Una persona puede estar infectada y no presentar síntomas, en este caso se denomina seropositiva (VIH positivo). Cuando su recuento de linfocitos llega a 200 células por ml de sangre se comienzan a manifestar los síntomas clínicos de ésta enfermedad.
La enfermedad provoca que el organismo se vuelva muy vulnerable a las enfermedades comunes o a infecciones leves, las cuales si se producieran en un individuo sano podría curarse sin tratamiento alguno, en cambio, en personas con VIH la más mínima infección podría matarles.
Es importante saber que si una persona no presenta síntomas, pero es portadora de la enfermedad o los presenta y ya se encuentra en una etapa evolutiva bastante larga de igual forma pueden transmitir el virus.
Se debe tener en cuenta que no todas las personas que poseen Sida van a presentar los síntomas de la misma forma. Existen personas que no presentan síntomas iniciales al infectarse, otras que presentan síntomas inespecíficos, como los que se podrían presentar en enfermedades comunes: fiebre, gripes, erupciones, irritación de la garganta o ganglios inflamados.
Otras personas pueden estar años sin presentar síntoma alguno, lo que si se va deteriorando es el sistema inmune, hasta un punto en el que la persona se ve afectada por casi cualquier enfermedad leve. Dependiendo del recuento de células linfocitarias se pueden presentar algunas enfermedades frecuentes en éste tipo de personas:
Recuento de linfocitos CD4 inferior a 350 células por ml cúbico de sangre
Enfermedades por recuento inferior a 200 células por ml cúbico de sangre
Enfermedades por recuento inferior a las 100 células por ml cúbico de sangre
Existen dos tipos de Sida, tipo VIH 1 y VIH 2
Aunque ambos poseen similitudes en sus caminos intracelulares, forma de transmisión y camino final al síndrome inmune detectado de la deficiencia (AIDS), es mucho menos probable que el tipo VIH 2 pueda progresar a SIDA.
El diagnóstico del Sida se hace generalmente por medio de un análisis de saliva o de sangre, en el cual se busca detectar anticuerpos contra el virus de ésta enfermedad. Se necesitan por lo menos 3 meses para saber si se tiene o no la enfermedad, pues, se requiere de tempo para que el cuerpo pueda desarrollar los anticuerpos.
Existe una prueba más rápida para determinar la presencia de la enfermedad, ésta es verificar la presencia del antígeno del VIH, que es una proteína que inmediatamente produce el virus después de infectar al huésped. Este método permite que la persona pueda tomar medidas de forma inmediata y prevenir el contagio a otras personas. Una vez que el virus está dentro de la persona permanece en ella de por vida.
Es recomendable realizar éstos estudios cada cierto tiempo.
El Sida es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH. Una vez que la persona se infecta con el virus su cuerpo poco a poco va perdiendo la capacidad inmunológica que posee, pues, el virus ataca y destruye el sistema inmunitario. A medida que éste sistema se debilita la enfermedad va evolucionando hasta un punto en el que la persona se encuentra en riesgo de contraer infecciones leves o cánceres que pueden llegar a acabar con su vida, en este punto de la enfermedad es cuando se le llama Sida.
La infección es transmitida por contacto sexual, con fluidos de riesgo biológico, sangre, durante el embarazo, durante la lactancia o en periodo perinatal.
El Sida no es una enfermedad hereditaria. Existen niños que pueden nacer con la enfermedad pero es debido a que la sangre infectada de la madre podría pasar a la placenta si ésta no se somete a los tratamientos adecuados.
El Sida es contagioso. Se propaga de una persona a otra a través de algunos fluidos corporales como los son: sangre, líquido preseminal y semen, fluidos vaginales o rectales y leche materna. Al estos fluidos entrar en contacto con mucosas como la de la boca, el pene, recto o la vagina se contrae la enfermedad, así como también el contacto con tejido lesionado (raspado o con heridas) o de inyección en la sangre (pincharse accidentalmente con una jeringa que se utilizo en una persona con Sida).
No se contagia por sudor, orina, saliva, contacto casual como abrazos, mosquitos, comer alimentos manipulados por personas con la enfermedad, mascotas o tocaando objetos manipulados por personas infectadas.
Tener VIH no es lo mismo que tener Sida, pues, éste es el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, la etapa avanzada de la infección provocada por el VIH. El conjunto de síntomas aparecen cuando el virus del VIH debilita el sistema de defensa del cuerpo.
Recuerda que para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad debes acudir a tu médico, esta guía no sustituye el diagnóstico médico profesional
Actualmente no existe una cura que elimine por completo el virus del Sida del cuerpo. Sin embargo, existen tratamientos que ayudan a mantener el recuento de los linfocitos CD4 altos y ésto hace que la calidad de vida de la persona no se vea modificada por la enfermedad.
Se emplea mucho la terapia antirretroviral, ésta consta de una combinación de varios fármacos de tipo antirretrovirales, los cuales impiden que el virus se siga multiplicando en el organismo. Los medicamentos logran prolongar vida del paciente, pues, reducen el número de virus que se encuentran en sangre y así permite que los linfocitos CD4 permanezcan en valores normales. Cabe mencionar que a pesar de los tratamientos, la persona infectada puede seguir transmitiendo la enfermedad.
El médico que prescriba el tratamiento de la persona debe estar pendiente y monitoreándolo permanentemente para valorar los posibles efectos secundarios que podrían tener la administración constante de antirretrovirales como los son: dolor de cabeza, náuseas, malestar general, debilidad y acumulación de grasa en el abdomen y espalda, además de su riesgo prolongado de causar ataques cardíacos.
Otro factor es la resistencia del virus al medicamento, por lo que constantemente se podrían estar haciendo cambios y combinaciones de fármacos para lograr el tratamiento adecuado.
En caso de tratarse de mujeres embarazadas la mujer debe ser tratada con Zidovudina desde el comienzo del segundo trimestre de embarazo hasta el parto. Al nacer, el bebé también deberá recibir el mismo tratamiento hasta las primeras seis semanas de vida.
Alguno de los medicamentos empleados para el tratamiento del Sida son:
Además de medicamentos individuales que se encuentran combinados:
La gran mayoría de éstos medicamentos se encargan de reducir la proliferación del virus del organismo, sin embargo, no son capaces de desterrarlo por completo del cuerpo. Otros medicamentos mantienen los niveles de linfocitos CD4 elevados para ayudar a mantener el sistema inmunitario.
Muchos de los niños que padecen de Sida es porque contrajeron la enfermedad al nacer o en el útero de la madre. A pesar de ésto actualmente los tratamientos disponibles permiten llevar a cabo el proceso de la enfermedad de una forma que permiten que puedan sobrevivir y convertirse en adultos con una calidad de vida estable.
Los jóvenes con la enfermedad por lo general es porque la contraen teniendo relaciones sexuales a temprana edad y sin protección, o por algún abuso que se produjo ante su integridad sexual.
Si una mujer quiere tener un hijo y se encuentra con la enfermedad no significa que no pueda tener hijos, pero sí debe someterte a un tratamiento estricto para poder llevar a cabo un embarazo estable para procurar que el hijo nazca sano y no le traspase la enfermedad, ya que durante el periodo de gestación se puede trasmitir la enfermedad al bebé.
Los bebés que se encuentran en el vientre de una mujer con VIH positivo pueden infectarse durante la gestación, durante el parto o durante el periodo de lactancia.
Se recomienda que un embarazo sea siempre planificado y que se ponga en contacto con un médico de confianza para así comenzar un tratamiento especial para lograr un embarazo sano.
Según estudios realizados la manera más eficaz y primordial de prevenir el Sida es protegerse con condones durante las relaciones sexuales, pues, existe una posibilidad casi inmediata de contagio a través del sexo vaginal, anal u oral.
Otras conductas a tener en cuenta:
Se debe tomar en cuenta aquellos factores que no transmiten el Sida:
Es importante poseer una dieta balanceada y una buena nutrición, pues, es frecuente que las personas con Sida presenten deficiencias de selenio, cobre, zinc, vitamina B6 y B12. Por lo tanto, el mantener unos niveles adecuados de nutrientes ayudará a la persona a mejorar su sistema inmunitario, así como también a mantener el peso corporal, lo que a su vez mejorará la respuesta que pueda tener la persona al tratamiento para la enfermedad.